Esa conclusión es una de las que puede extraerse de este artículo de El País donde se analizan los resultados de un estudio sobre la felicidad deniminado ‘La felicidad y la percepción de la salud’ y realizado por el Instituto Coca Cola de la Felicidad y la la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid. En él se analizan varios aspectos de la felicidad y su relación con la salud y se obtienen conclusiones que relacionan esos estados con diferentes aspectos del capital social, fundamentalmente con las redes sociales. Así se afirma que las redes sociales son muy importantes para la sensación subjetiva de salud:
La sensación de salud, según la investigación, está relacionada con la felicidad y ésta, con los afectos. «Un aspecto muy relevante es la influencia de la familia y los amigos en el proceso ya que, los que se sienten acompañados, se sienten más saludables que los que tienen menos apoyo»…
También se deja claro que el dinero no da la felicidad, aunque puede ayudar:
En 2010, España fue el país más feliz de Europa, después de Rumanía. Los investigadores recuerdan ese dato para demostrar el viejo tópico que sostiene que el dinero no hace la felicidad. «No hay necesariamente relación entre las condiciones materiales de vida y la felicidad», sentencia Grabulosa. «Creo que la felicidad de una sociedad depende en parte de la capacidad que tenga de generar flujos entre las personas», insiste.
Como conclusiones nos dice:
El informe establece una cadena de conclusiones: Las relaciones sociales nos hacen más optimistas, el optimismo nos hace sentir más felices y la felicidad nos hace sentir más saludables. Grabulosa, sin embargo, advierte: «No se puede decir; evite usted la gripe siendo feliz».
Por tanto, reforzar las redes sociales de una persona contribuye a aumentar su felicidad.