Redes sociales: Uso de internet

Otro de los indicadores aceptados como factor aproximativo para el capital social es el indicador de redes sociales. Las redes sociales son formas de interacción social, puesto que se fundamentan en las relaciones entre los individuos. Sin la existencia de esas relaciones no podrían existir las redes. Las redes sociales permiten el flujo de información, posibilitan la acción colectiva, son fuente de normas, obligaciones y expectativas para los individuos y se convierten en un medio de integración e implicación de las personas con respecto a un sistema social determinado favoreciendo el equilibrio de dicho sistema.

La tipología de las redes sociales es muy compleja y depende del punto de vista desde el que se aborde. A efectos del capital social las redes sociales pueden ser formales o informales. Las primeras son redes estructuradas en el sentido de que existen normas escritas sobre su funcionamiento, su acceso, etc. (ej. asociaciones deportivas, sindicatos, partidos políticos, etc.); mientras que las segundas carecen de esa oficialidad puesto que surgen sin la necesidad de una estructura formal que las ampare (ej. grupos de amigos, familiares, conocidos, etc.). También se podrían clasificar en redes horizontales y redes verticales. Las primeras se ocupan de las relaciones que se producen en base a condiciones económicas y sociales similares (ej. grupos de amigos, compañeros de trabajo, etc.), mientras que las segundas tratan las relaciones de tipo laboral o con los sectores más formales de la sociedad (relaciones con la autoridad).

Los vínculos son los nexos de unión de esas redes sociales y aquí se podría exponer la clasificación de Granovetter (1973) sobre los mismos distinguiendo entre vínculos fuertes y vínculos débiles de la forma en la que han sido definidos anteriormente. Otra tipología dentro de los vínculos nos permite hablar de vínculos formales, establecidos mediante relaciones de autoridad, y vínculos informales, que se establecen por iniciativa de las personas, sin necesidad de esas relaciones de autoridad (Tsai, 2002). También se podría hablar de vínculos directos que son aquellos que se establecen contactando directamente con otros individuos y de vínculos indirectos a los cuales se accede a través de esos individuos con los que nos relacionamos de forma directa (Burt, 1992).

Por lo tanto, la tipología de las redes es bastante amplia y, dependiendo del tipo de medición que se desee realizar se elegirá una u otra. Además, también se suelen medir las dimensiones de las redes, es decir, la densidad o número de miembros que la integran, la composición o el tipo de personas que forman parte de la misma (familiares, vecinos, compañeros de trabajo, etc.), la homogeneidad o heterogeneidad, el grado de abertura o porosidad ante la entrada de nuevos miembros, la frecuencia de reunión, etc.

El papel de las redes sociales ha ido evolucionando a lo largo del tiempo, así de la participación en clubs, asociaciones, etc., se ha pasado a la gran difusión y consolidación de las redes sociales a través de Internet, cada vez más presentes y más importantes en el mundo actual.

En este caso solo disponemos de la utilización genérica de internet, sin embargo sería interesante ver el papel de las redes sociales que se constituyen a través de la red para ver el efecto que van ejercer en las generaciones futuras. El asociacionismo, o el poder de convocatoria que tradicionalmente se asociaba a manifestaciones o grupos, se traslada ahora a la red. A este respecto ya empiezan a aparecer estudios que analizan los efectos de redes sociales concretas sobre diversos aspectos de la sociedad (Will growth and technology destroy social interaction?; Social network activity and social well-being; Lessons from Facebook: The Effect of Social Network Sites on College Students’; Social Capital; Twitter, Facebook and YouTube’s role in Arab Spring (Middle East uprisings)).

Como comentamos los períodos analizados, así como las variables de las que disponemos en la encuesta solo nos permiten aproximarnos a la idea de un uso genérico de la red. Para ello se analiza el uso de Internet y la pregunta sobre este tema en la encuesta se formula en los términos siguientes: “¿Con qué frecuencia utiliza usted Internet o el correo electrónico -ya sea en casa o en el trabajo- para asuntos personales? (No tengo acceso en casa ni en el trabajo, Nunca lo utilizo, Menos de una vez al mes, Una vez al mes, Varias veces al mes, Una vez a la semana, Varias veces a la semana, Todos los días)”.

Los resultados se presentan para el año 2006, 2008 y 2010:

En general se aprecia una tendencia al incremento del uso de internet todos los días en todos los países analizados y, consecuentemente, un descenso de aquellos que dicen no tener acceso ni en casa ni en el trabajo. Así, en 2006 el país con un mayor nivel de uso diario de internet era Dinamarca, seguida de Noruega y Suecia (alrededor del 50%), siendo Hungría el país donde más del 60% de ciudadanos afirmaban no tener acceso a internet ni en casa ni en el trabajo, seguido de Polonia, Portugal y España.

En 2008 se observa un incremento del uso diario de internet en todos los países, siendo ese incremento de apenas 2,7 puntos en España hasta 15,5 puntos en Alemania o 12,5 puntos en Francia y Noruega. Asimismo se detecta un descenso de las personas sin acceso a la red, siendo Polonia, Estonia y Hungría los países donde más desciende el porcentaje de personas sin acceso a internet, a pesar de ello siguen siendo de los países donde mayor porcentaje de personas sigue sin tener acceso.

La variación entre 2008 y 2010 nos muestra que España es el país donde más ha aumentado el uso diario de internet (casi 18 puntos), seguida de Hungría y Dinamarca. En Hungría es también donde más se reduce el número de personas sin acceso, seguido de Polonia. En 2010 siguen siendo Suecia, Holanda, Noruega y Dinamarca los países con un porcentaje mayor de personas con acceso a internet (valores por encima del 63%), mientras que en España, Polonia, Portugal (donde además, casi el 27% dice que  nunca usa internet) y Hungría todavía nos encontramos con valores superiores al 20% de personas que afirman no tener acceso a internet ni en casa ni en el trabajo.

Teniendo en cuenta la importancia de las redes sociales como parte del capital social y más de las redes sociales virtuales en los países desarrollados, parece preocupante que los países menos favorecidos de Europa sean también los que menos acceden a internet. Es necesario, por tanto, articular políticas para que esa parte de la sociedad no se vea en desigualdad de condiciones frente a países más desarrollados.

Referencias:

Burt, R. S. (1992). Structural holes: the social structure of competition. Cambridge, MA.: Harvard University Press.

ESS Round 3: European Social Survey Round 3 Data . (2006). Data file edition 3.2. Norwegian Social Science Data Services, Norway – Data Archive and distributor of ESS data.

ESS Round 4: European Social Survey Round 4 Data. (2008). Data file edition 1.0. Norwegian Social Science Data Services, Norway – Data Archive and distributor of ESS data.

Granovetter, M. S. (1973). The Strength of Weak Ties. American Journal of Sociology, 78(6), 1360–1380.

Tsai, W. (2002). Social Structure of «Coopetition» Within a Multiunit Organization: Coordination, Competition, and Intraorganizational Knowledge Sharing. Organization Science, 13(2), 179-190.

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